Llamamiento para ayudar en la emergencia sanitaria de Gaza

'Víctimas' del simulacro de ataque israelí al pueblo palestino hoy en la plaza de Fuente Dorada. Fotos: últimoCero
'Víctimas' del simulacro de ataque israelí al pueblo palestino hoy en la plaza de Fuente Dorada. Fotos: últimoCero

Nueva concentración cuando las bombas de Israel vuelven a caer sobre el pueblo palestino

últimoCero
Valladolid
La Asociación Médica Hispano Palestina (AHMP) ha lanzado una campaña de recogida de material sanitario a través de la Embajada de Palestina en Madrid de la que se ha hecho eco la Plataforma Solidaria con Palestina de Valladolid, según se ha informado en la séptima concentración contra el genocidio de Israel celebrada hoy en la plaza Fuente Dorada.

"Se recoge todo tipo de material sanitario no perecedero, es decir, excluidos medicamentos. Hace falta todo tipo de material quirúrgico, vendas, gasas, material protésico y ortopédico. Y también, por supuesto, se recoge ayuda económica para comprar medicamentos y luchar contra la crisis humanitaria y sanitaria que sufre ahora mismo la franja de Gaza: desde la AHMP nos han facilitado un número de cuenta que es el IBAN: ES39 2038 1173 7860 0048 4825. Agradecemos vuestra colaboración", se informó.

La concentración, que fue secundada por varios centenares de personas, ha tenido lugar cuando las bombas vuelven a caer sobre Gaza. De ahí, que tras la lectura de un manifiesto, varias personas hayan simulado ser víctimas de los ataques del ejército de Israel y sus siluetas han quedado sobre el asfalto.

El próximo jueves tendrá lugar una nueva concentración de apoyo al pueblo Gazati, a las 20.00 horas, en Fuente Dorada.

Manifiesto

"Como sabéis, Israel ha dado portazo a las negociaciones en El Cairo. Las justas reclamaciones de la delegación palestina exigiendo el fin del bloqueo a que, contra toda la legislación internacional, somete Israel a Gaza, han sido rechazadas por la delegación israelí. Israel se niega a que Gaza tenga un puerto, o un aeropuerto: aquel que la UE pagó e Israel arrasó en 2001. Israel ha cortado las negociaciones porque quiere que Gaza siga siendo el mayor campo de concentración del mundo, ese GUETTO donde probar su nueva tecnología armamentística, ese “enemigo externo” que permita la supervivencia de su estado fallido, colonial y racista. Israel niega a los palestinos el derecho a usar sus aguas jurisdiccionales para pescar o para lo que les venga en gana. Israel quiere seguir controlando los accesos y las fronteras de la franja, el material y a las personas que en ella entran y salen. Israel quiere seguir con su política de asesinatos indiscriminados, que llama “selectivos” cuando aniquila familias enteras. Israel quiere seguir violando la legalidad internacional y los derechos humanos cuanto le venga en gana. Israel, con el amparo de EEUU, los gobiernos occidentales y los árabes, en definitiva, no ceja en su política de bloqueo genocida y limpieza étnica.



Así, desde hace dos días, porque el pueblo Gazatí se niega a sufrir un genocidio en silencio y su delegación exige que se clausure el campo de concentración en que Israel lo ha recluido, las bombas vuelven a llover sobre Gaza, ese territorio de 350 km2 de extensión, de unos 10 km de ancho por unos 35 km de largo en que se hacinan dos millones de personas.

18.000 toneladas de bombas a día de hoy ha lanzado Israel contra Gaza: una potencia destructiva brutal contra el territorio más poblado del planeta. Desde que comenzó el ataque israelí han sido arrasadas todas las infraestructuras de Gaza: su planta eléctrica, sus hospitales, sus escuelas, sus comunicaciones, sus fábricas y miles de hogares. Nada ha escapado al terrorismo del estado de Israel: ni los colegios habilitados para refugiados por la ONU, ni los hospitales, ni las ambulancias, ni la prensa, ni los cementerios.

Y ha sido y está siendo masacrado de forma brutal, ante los ojos de todo el mundo, el pueblo de Gaza. Porque todo en Gaza es objetivo para Israel: igual que no hay edificio que no se pueda atacar, no hay ser humano que no se pueda aniquilar: tanto da que sean niños jugando al fútbol que personal sanitario; tanto que ancianos o ancianas que mujeres embarazadas: para Israel, en su lógica terrorista, el objetivo es quebrar la resistencia del pueblo palestino y para ello siembra el terror a costa de sangre y masacres. A día de hoy, 21 de Agosto, 2.047 personas en Palestina, según el último recuento -que ya habrá subido ahora que leemos esto-, de los que un cuarto, 592 son niños y niñas, han sido asesinados desde que comenzó el ataque israelí. Según este recuento 10.000 personas han sido heridas, muchas de las cuales sufrirán terribles mutilaciones o dolores crónicos de por vida, y que, destruidos los hospitales, carecen ahora por completo de asistencia médica. De nuevo, más de un cuarto de las cuales son niños o niñas.

No hay defensa posible para Israel. Pese al despliegue de medios y propaganda que hace, este genocidio, esta matanza son tan evidentes, que todos estos datos que aumentan cada semana engrosan su infamia. Su infamia como ejecutores de un GENOCIDIO, y la infamia de los gobiernos occidentales y árabes, con USA a la cabeza, como cómplices necesarios del mismo. Pero, como siempre decimos, la infamia de los gobiernos, QUE NO DE LOS PUEBLOS.



Lógicamente, por ello, el daño que en cuanto a imagen pública y de forma absolutamente justificada está sufriendo Israel es enorme. La presión popular, la presión obligada por la pura humanidad de detener el terror ejercido por sus políticas terroristas está forzando a muchos gobiernos a alejarse de él públicamente.

Parte del mérito de este desgaste de Israel y sus aliados es del BDS, el movimiento de boicot, desinversiones y sanciones a Israel. El BDS está consiguiendo ya no sólo unas pérdidas increíbles en la economía israelí (estimaciones de 8 a 10 BILLONES de dólares, si bien sin duda es más que lo reconocido), sino que la imagen de Israel sea TÓXICA a efectos económicos y publicitarios. Prueba de ello es el dineral empleado –obviamente sin éxito- por Israel en enfrentar ese BDS, los sucesivos cambios de numeración de los códigos de barras de los productos israelíes para intentar burlar el boicot, el dinero empleado en propaganda mediante el alquiler de mercenarios culturales – gente de la catadura de esos Sabina y Serrat más preocupados por su billetera que por enfrentar genocidios- que intentan dar apariencia de normalidad a ese estado terrorista y genocida que es Israel sin el menor éxito.

Porque el BDS avanza y cada vez tiene más fuerza. Es imposible recoger aquí todos los éxitos que ha cosechado desde que se creó, pero hay que recordar que es un movimiento internacional que propone un boicot a Israel en tres frentes principales: político, económico y cultural.